El arte cinético se adentra en el terreno del movimiento, desafiando la tradicional idea de la escultura estática. En mi obra, el movimiento no es solo una cualidad visual o física, sino una vía de diálogo activa entre la escultura y el espectador. Cada pieza está pensada para que el observador no solo la contemple, sino que participe en una interacción multisensorial, generando una experiencia única e irrepetible.
El Movimiento como Protagonista.
En mis esculturas cinéticas, el movimiento tiene múltiples manifestaciones. Mi objetivo es que cada obra sea percibida de manera diferente según el ángulo desde el que se observe, la luz que la ilumina, o la interacción directa del espectador. Esta tridimensionalidad permite que cada persona le otorgue su propio significado y descubra algo nuevo en cada observación.
Tres tipos de movimiento se manifiestan en mi obra:
1. Movimiento físico real: El viento o la intervención directa del espectador puede desencadenar el movimiento tangible de la pieza.
2. Movimiento óptico: Jugar con la percepción a través de formas que parecen moverse, retando al espectador a reinterpretar la obra según su perspectiva.
3. Movimiento del espectador: Mientras la persona se mueve alrededor de la escultura, el juego de luces, sombras y espacios internos redefine su experiencia visual.
El Acero Corten: Una Metáfora de la Transformación
El acero corten es el alma de muchas de mis esculturas cinéticas. Su naturaleza oxidante, que le permite cambiar de color y textura con el tiempo, refuerza la idea de transformación constante. Es un material que, al igual que el propio movimiento, nunca está estático; se adapta, evoluciona y dialoga con el entorno que lo rodea.
Además del acero corten, incluyo otros metales para agregar contrastes en texturas y colores, amplificando las posibilidades de interacción óptica. Mis esculturas no solo ocupan un espacio físico, sino que lo transforman, creando un juego con la luz y la sombra que añade una capa de movimiento visual incluso cuando la obra permanece inmóvil.
La Espiritualidad del Movimiento
El movimiento en mis esculturas trasciende lo meramente físico; refleja valores como la resiliencia, la búsqueda de equilibrio y la conexión espiritual. Cada pieza captura momentos de tensión y liberación, y simboliza la constante evolución tanto del material como de las emociones humanas. Invito al espectador a proyectar sus propios pensamientos y emociones, creando un espacio para la introspección y el crecimiento personal.
Contrastes entre Esculturas Cinéticas y Estáticas
Aunque mis esculturas cinéticas son el eje de esta exploración del movimiento, mis piezas estáticas no están exentas de interacción. Estas esculturas están diseñadas para jugar con la percepción del espacio, permitiendo al espectador «habitar» la obra al recorrerla con la mirada o moverse a través de ella. La relación entre lo cinético y lo estático en mi trabajo no es una dicotomía, sino un contraste que busca destacar el papel del tiempo y el espacio en la experiencia artística.
Explora mis Esculturas Cinéticas
Si deseas descubrir más sobre cómo el movimiento, tanto real como percibido, cobra vida en mis esculturas, te invito a explorar mis series de obras cinéticas y estáticas. Cada pieza está diseñada para transformar el espacio que habita y ofrecer una experiencia que evoluciona con el tiempo, invitando a una reflexión continua. Enlace “esculturas abstractas que exploran el movimiento”